La lucha de Vieques: un archivo digital de videos
Resumen del proyecto:
Vieques Struggle: A Digital Video Archive/La lucha de Vieques: un archivo digital de videos es un proyecto desarrollado por el Dr. Juan Carlos Rodríguez, profesor asociado de español de la Escuela de Lengua Modernas del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech). El proyecto ha sido realizado con el apoyo de varias instituciones: el Centro de Estudios Latinoamericanos de Duke University, la Biblioteca de Georgia Tech y el Digital Integrative Liberal Arts Center Lab del Ivan Allen College de Georgia Tech. El proyecto consiste de un archivo digital de videos que contiene entrevistas y testimonios de los principales protagonistas del movimiento social que luchó contra la presencia militar de la Marina de Guerra de los Estados Unidos en la isla de Vieques.
Más información del proyecto está disponible abajo, así como en el siguiente sitio web:
https://dilac.iac.gatech.edu/dilac-projects/vieques-struggle
Proyectos estudiantiles:
Los estudiantes de la clase Span 4405/6405: Latin American Documentaries han colaborado con el profesor Rodríguez en la realización de un proyecto final que ha consistido de la creación de galerías digitales de videos que incluyen selecciones de las entrevistas y testimonios del archivo. Los proyectos de este año se enfocan en la historia de la lucha de Vieques como un relato de conflictos de tierra.
En preparación para sus proyectos, los estudiantes consultaron un proyecto realizado por el Dr. Rodríguez y el equipo del DILAC Lab que se enfoca en el rescate de terrenos en Vieques y tiene como punto de partida el relato de vida de María Velázquez, quien junto con su esposo Carmelo Félix Matta, participaron en el rescate de terrenos ocupados por la Marina de Guerra en Vieques. Puede consultar el proyecto en el siguiente sitio web:
http://vieques.iac.gatech.edu/vieques-archive.html
Para realizar sus proyectos, los estudiantes consultaron Vieques Struggle: A Digital Video Archive, una interface de archivo creada por el Dr. Rodríguez y el equipo de DILAC, la cual combina recursos de tres plataformas digitales: videos de Youtube, archivos y galerías de OMEKA, y transcripciones de entrevistas disponibles mediante OHMS (Oral History Metadata Synchronizer). Vieques Struggle: A Digital Video Archive está disponible para consulta pública en el siguiente sitio web y puede ser utilizada por investigadores, siempre y cuando se incluya la cita del sitio: https://vieques.iac.gatech.edu/items/show/141
Descripción del proyecto Vieques Struggle / La lucha de Vieques:
Por más de cincuenta años, la Marina de Guerra de los Estados Unidos, el US Navy, mantuvo dos facilidades militares en la isla de Vieques, al este de Puerto Rico: un espacio para el almacenamiento de explosivos y un campo de bombardeo que servía para probar armamentos y realizar entrenamientos militares. La presencia de la Marina en Vieques tuvo consecuencias negativas para los residentes de la isla: un ambiente tenso creado por las tensas relaciones entre marinos y viequenses, que en ocaciones resultó en episodios de violencia, una economía estancada ante las pocas alternativas de desarrollo, un daño ambiental irreparable causado por las prácticas de bombardeo con explosivos reales. Los abusos de la Marina llevaron a los viequenses a crear movimientos de resistencia contra la presencia militar en su isla. Entre 1978 y 1983, el movimiento de pescadores desafió las maniobras de la Marina y sus aliados. Al final de los años ochenta, surgía Monte Carmelo, una nueva comunidad que resultaba del rescate de terrenos de la Marina coordinado por Carmelo Felix Matta, su esposa María Velazquez y sus hijos. En la década de los noventa, el Comité Pro Rescate y Desarrollo de Vieques creo varias iniciativas, entre las que se destacan el movimiento contra la imposición de un radar de vigilancia en Vieques y la facilitación de discusiones en torno al desarrollo de Vieques. El 19 de abril de 1999 se abrió un nuevo ciclo de lucha que fue motivado por la muerte de David Sanes, un guardia de seguridad viequense que murió a causa de la explosición de una bomba lanzada por la Marina en una de sus rutinas de entrenamiento. Entre abril de 1999 y el primero de mayo de 2000, se establecieron en Vieques varios campamentos de desobediencia civil en el campo de tiro de la Marina con el propósito de detener los bombardeos. Durante este periodo, surgieron nuevas organizaciones, entre ellas la Alianza de Mujeres Viequense, la cual contribuyó a la lucha una perspectiva de género que reordenó las coordenadas de la resistencia. Los actos de desobediencia civil de la resistencia viequense continuaron hasta el 2003, cuando el Presidente Bush finalmente transfirió los terrenos de la Marina a la agencia federal de Pesca y Vida Silvestre. La mayoría de los viequenses consideran la lucha de Vieques como una batalla inconclusa pues todavía los terrenos de la Marina continúan en manos de las autoridades federales y no han sido transferidos al pueblo viequense.
La lucha por la desmilitarización de Vieques se ha convertido en un símbolo de la resistencia al sistema colonial en Puerto Rico. En 1998, viajé por primera vez a Vieques con una cámara y, junto a un grupo de compañeros puertorriqueños, grabe en video algunos testimonios de la lucha contra la presencia militar en la isla, principalmente enfocados en el ciclo de lucha que los pescadores viequenses desarrollaron entre 1978 y 1983. Regresé a Vieques al año siguiente, en 1999, y participé en los campamentos de desobediencia civil que surgieron en el campo de tiro luego de la muerte de David Sanes. Durante esta etapa, pude documentar con una cámara fotográfica la experiencia de la desobediencia civil en Vieques a la luz de un recorrido por estos campamentos. Tuve la oportunidad de volver a Vieques el verano del 2004, un año después de la salida de la Marina, y por tres meses conviví con el pueblo viequense y volví a grabar en video los testimonios de los líderes y participantes de la lucha contra la presencia militar de la Marina en la isla. Las entrevistas realizadas en el 2004 se plantean como una ventana en el tiempo, pues nos permiten reconstruir los perspectivas sobre el pasado, el presente y el futuro de Vieques elaboradas por los viequenses a un año de la salida de Marina, en el momento justo en que este pueblo experimentaba una transición histórica sin precedentes.
No fue hasta el 2018 que pude regresar a Vieques a registrar nuevos testimonios que ofrecen un balance histórico de los resultados de la lucha, y que exponen las oportunidades y los desafíos que continúan marcando el desarrollo de Vieques. Aunque mis recorridos por la lucha de Vieques aún no han terminado, este viaje por la historia de la isla encontró un cierre simbólico cuando tuve la oportunidad de regresar al campamento García el 19 de abril de 2019, a conmemorar los veinte años de la muerte de David Sanes, junto con un grupo de sus familiares, al que se sumaron varios jóvenes viequenses y líderes de la lucha. A lo largo de este viaje de 21 años de regresos intermitentes a Vieques, ha sido un gran honor haber grabado los testimonios de la lucha de este pueblo, haber fotografiado los campamentos de desobediencia civil. Es un honor que ha estado acompañado por el dolor de haber conocido la verdadera historia del desarrollo económico de mi país, una historia que se nos quiso ocultar, pues es la historia de un Puerto Rico cuyo éxito económico dependió siempre del sufrimiento del pueblo viequense.
En su libro La fiesta vigilada, Antonio José Ponte argumenta que las ruinas habaneras cumplen un propósito retórico desde la perspectiva del gobierno revolucionario, un gobierno que achaca al embargo la devastación de la isla, ya que simulan ser vestigios de una guerra que nunca ocurrió, a la invasión norteamericana de Cuba, una invasión que nunca tuvo lugar. Mientras en Cuba se empeñaban en propagar los efectos de una guerra inexistente, en Vieques acontecía otra guerra, una guerra real, diaria, subrepticia, inadmisible, que nunca fue reconocida como tal, cuyo daño es casi irreparable. A esa guerra se suma también un embargo económico contra la isla que paralizó su desarrollo, un embargo que nunca ha sido admitido por las fuerzas armadas, pero cuyos efectos persisten en el Vieques de hoy. De esa guerra nadie quiere hablar, de ese embargo nadie quiere hablar, pues implicaría reconocer el delirio de un poder imperial que abusa de aquellos a quienes llama aliados. He implicaría también reconocer que nuestro desarrollo –y hasta algunos de nuestros logros como pueblo puertorriqueño– fueron parcialmente el resultado de ese abuso contra los viequenses, del cual también fuimos cómplices, a veces sin saberlo.
Los testimonios recogidos en este proyecto son un recurso histórico invaluable para entender la historia de Vieques en el contexto de dos transiciones: una transición política de zona militar a zona desmilitarizada; y una transición económica impulsada por el turismo, las inversiones en bienes raíces y la agricultura, las cuales son alternativas de desarrollo en pugna. Estos relatos ofrecen un retrato íntimo de personas que sobrevivieron años de injusticias y marginalización para luego convertirse en protagonistas de su propia historia. También estas historias exponen los problemas ambientales y de salud que surgen con el uso de terrenos militares como campos de bombardeo, así como los desafíos de limpiar vastas áreas de una isla contaminada con desperdicios tóxicos. La historia de Vieques nos puede enseñar cómo las comunidades en zonas desmilitarizadas confrontan los desafíos sociales, económicos y ambientales al mismo tiempo que intentan darle impulso a oportunidades de desarrollo sostenible.
Agradecimientos:
Agradezco a los compañeros de lucha que, en distintos momentos, acompañaron la creación de este archivo, especialmente a Freddie Marrero, Carlos “Prieto” Ventura, Melba Miranda, Carmen Ana Dávila, Pedromiguel Pagán, Eli Jacobs Fantauzzi, Edison Viera, Cristina Urios, Daniel Tapia Santiago y Fernando Janer, quienes apoyaron o realizaron labores de investigación, filmación y fotografía; a todas las personas entrevistadas, que generosamente compartieron sus historias; al Centro de Estudios Latinoamericanos de Duke University, por el apoyo para la producción del archivo en el verano del 2004; a Judith Conde, Zaidy Torres y a las compañeras de la Alianza de Mujeres Viequenses pues abrieron las puertas de su Casa Alianza para hospedarme aquel verano del 2004 que pasé en Vieques filmando entrevistas; a la Biblioteca de Georgia Tech y su equipo, especialmente Kathy Gentrinello, por su labor en la digitalización de los materiales de video en el año 2017; al equipo de DILAC, especialmente a Janet Murray y Brad Rittenhouse, por ser mentores del proyecto, y a Mariam Moattari, Xinyi Chen y Pablo Fernández por su apoyo y esfuerzo en el diseño del mismo; y al equipo de transcripciones de entrevistas que participó en este proyecto: Pablo Fernández, Yara Meléndez Ordóñez, Teresa Córdova y Diana Ramos.
Doy gracias al pueblo de Vieques, que siempre me reciben con cariño cada vez que regreso a su isla; a las familias Guadalupe y Zenón, por la amistad y el aprendizaje mutuo; a Robert Rabin y el equipo de Radio Vieques y del Archivo Histórico de Vieques, por su solidaridad; al cineasta de la lucha de Vieques, Andrés Nieves, por haberse convertido en una fuerza inspiradora de este proyecto; y a Gypsy Cordova, por su apoyo incondicional y su amistad. Gracias a mi familia, especialmente a mi padre, Florencio Rodríguez, quien marchó conmigo en Ceiba, durante en la jornada de Todo Puerto Rico con Vieques, y a mi madre, Carmen Rodríguez, que siempre ha apoyado este proceso y me ha prestado el carro para ir a filmar a Vieques, al igual doy gracias a mi esposa, Cynthia Roman y a mi hijo Gustavo Rodríguez, a quienes dedico este archivo. Este proyecto se ha nutrido con las conversaciones que he tenido con Cynthia a lo largo de los años. Su aportación en materia de feminismos y políticas de género ha enriquecido este proyecto de manera invaluable. Gracias también doy a mis estudiantes del curso de cine documental latinoamericano, con quienes he aprendido muchísimo. Ojalá que estos proyectos de archivo queden como un legado nuestro a Vieques y a Puerto Rico.