Vieques fue utilizada como campo de tiro por la Marina de los Estados Unidos durante más de 60 años, lo que ha resultado en la contaminación del aire, la tierra y el agua de la isla. La organización de mujeres en Vieques decidió tomar medidas y realizar una encuesta para identificar cuántas personas en la comunidad tenían cáncer. Los resultados fueron alarmantes, con una tasa inusualmente alta de casos de cáncer reportados en la comunidad. Los resultados de la encuesta de la organización llevaron a una mayor conciencia pública sobre los posibles riesgos que representan las actividades militares en la isla.
Ismael señala que antes de la reubicación de los ejercicios militares en Vieques, las tasas de cáncer en la comunidad estaban en o por debajo de los niveles encontrados en otras partes de Puerto Rico. Los comentarios del Ismael destacan los posibles riesgos para la salud asociados con las actividades militares y la necesidad de considerar cuidadosamente el impacto de dichas actividades en las comunidades donde ocurren. En el caso de Vieques, los efectos de la actividad militar en la salud pública fueron profundos, y el problema finalmente llevó a un mayor conocimiento público y activismo dirigido a abordar las consecuencias ambientales y de salud pública de la presencia militar en la isla.
Los efectos de la actividad militar en Vieques se han sentido por todos aquellos que viven en estas comunidades, con profundas implicaciones para su salud y bienestar. Judith también señala los desafíos que estas comunidades siguen enfrentando, incluyendo el acceso limitado a servicios de atención médica, especialmente después de desastres naturales como el huracán Irma y María. A pesar de estos desafíos, Judith destaca la importancia de seguir luchando por mejores condiciones de vida, educación y servicios de atención médica para todos los miembros de la comunidad.
Carmen presenta una de las razones sociales y culturales exclusivas de Vieques por las que las mujeres mueren de cáncer. En Vieques, no es común difundir la conciencia sobre el tema del cáncer, y es especialmente raro que alguien le diga a otros si se le diagnostica. Carmen piensa en algunas de las posibles razones por las que esto podría ser así, ya que las mujeres pueden sentirse avergonzadas o no quieren sentir lástima, y este es un aspecto muy importante a resolver.
Hay un tabú en torno al cáncer en Vieques, donde las mujeres posponen el tratamiento debido a que se sienten desalentadas a abordar su enfermedad, así como la falta de recursos financieros para tratarla. Una parte importante de esto son los hombres. Una mujer pospuso la mastectomía porque su esposo pensó que la convertiría en una mujer incompleta, un sentimiento muy probablemente compartido entre muchos hombres durante esta crisis en Vieques. Judith enfatiza la parte personal y cultural de la crisis que a menudo se deja fuera de la conversación.
Carmen Valencia describe la difícil situación de descubrir que amigos y familiares están sufriendo de cáncer. Ella comparte la historia de una enfermera escolar que fue diagnosticada con cáncer pero lo mantuvo en secreto de todos. A medida que la salud de la enfermera empeoraba, la gente comenzó a notar y cuestionarla, pero no fue hasta más tarde que buscó tratamiento. Desafortunadamente, para ese momento ya era demasiado tarde, y no se pudo hacer mucho para ayudarla. A pesar de la situación sombría, Valencia y otros intentaron brindar apoyo y asistencia a la enfermera en sus últimos días. Esta historia destaca los peligros de la cultura dañina que rodea al cáncer en Vieques y las personas reales que se ven afectadas debido a ella.